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Una historia Inspiradora que no debes ignorar.

  • moneditavirtual
  • 5 ene 2017
  • 4 Min. de lectura

Sin duda alguna esta es una de las historia de superación en un contexto muy adverso que me ha conmovido en toda mi vida, espero que a ti también.

Lectura tomada del libro: Vivir para Triunfar

Autor: Felix Cortés.

"Una noche de otoño del año 1862, bajo una fría llovizna, una banda de ladrones de esclavos asaltó una plantación y se llevaron a una esclava y sus dos hijitos. El dueño que amaba a sus esclavos, ofreció una recompensa para que intentaran rescatarlos. Pero los rescatadores volvieron con malas noticias.


--No encontramos a nadie-- dijeron.

Luego, como si hubieran olvidado algo sin importancia, dijeron:

--Bueno lo único que vimos fue "ésto"..

Y le entregaron un bulto empapado de agua. Se trataba de un niño, casi un bebé, moribundo, cuya ropita estaba empapada por el agua. Los ladrones lo habían dejado abandonado en el camino creyendo que estaba muerto.


El dueño les quiso pagar , pero los rescatadores no quisieron cobrar por algo en lo que no habían tenido éxito. En cuanto al niño no le concedían ningún valor: era negro, y de seguro moriría, si es que no estaba muerto ya.


--Pues quédense con el caballo que les presté --dijo el dueño.


Así cambiaron al bebé moribundo por un caballo.


Una infancia nada fácil


El niño creció frágil, débil, tímido, tartamudo. Pero por uno de esos hechos portentosos que pueden darse en los seres humanos, la chispa del entusiasmo y un anhelo de superación casi sobrenaturales lo poseyeron desde el principio.


Cuando tenía doce años se fundó una escuela en su pueblo, pero al ir inscribirse lo rechazaron porque no admitían negros.


En 1875 se enteró de que había una escuela para negros y de inmediato fue a matricularse. Pero no tenía nombre. Lo llamaban sencillamente George "el de los carver". Pronto aprendió todo lo que el maestro de la escuela podía enseñarle.


Diez años anduvo errante de pueblo en pueblo, de escuela en escuela, tratando de mejorar su formación.


En 1880, a los veinte años de edad. comenzó su educación secundaria.


Cuando el profesor comenzó a confeccionar la lista de los alumnos, George se dio cuenta que todos tenían una inicial junto con su nombre. Pero él no tenía ninguna, y es maestro se estaba acercando rápidamente a donde él se encontraba. Cuando le tocó el turno y el maestro le preguntó por su nombre, dijo:


--Me llamo George W. Carver.


Había añadido la letra W a su nombre sin saber que aquellas iniciales tenían significado.


Cuando le preguntaron que significaba la W, sorprendido pero con increíble agilidad mental, dijo:


--¡Washington!


Desde entonces comenzaron a llamarle George Washinton Carver.


Un desafio inesperado


A los treinta años de edad comenzó a estudiar agronomía, y después de muchos años y esfuerzos, que se hayan salpicados de anécdotas geniales, se graduó con honores. Fue el primer afroamericano que entró en el claustro de académicos de su alma máter.


Había logrado al alcanzar su ideal. Pronto se doctoró y contempló un horizonte risueño de paz y prosperidad. Habían terminado todas sus luchas y ahora estaba punto de cosechar el fruto de sus esfuerzos Pero un día el 1 de abril de 1896. Gerge W. Carver recibió una carta que decía: “No puedo ofrecerle a usted dinero, posición o fama. Los dos primero ya los tiene, la última la alcanzará sin duda, desde la posición que ahora ocupa. Hoy le pido que abandone esas tres cosa, en cambio, le ofrezco trabajo, duro trabajo, la empresa de sacar un pueblo de la degradación, la pobreza y la ruina, para reconocerle su plena condición humana”.


Aquella carta le hizo hervir la sangre.Se fue a meditar en un rincón apartado del plantel y, después de pensar cuidadosamente con esa determinación propia de los grandes personajes en momentos decisivos, tomó su libreta, arrancó una hoja, y escribió en ella una sola palabra: “Iré”.


Llegó al Instituto Normal de Tuskegee, Alabama, el 8 de abril de 1896. Allí encontró la obra de su vida.


Comenzaron pagándole 125 dólares mensuales, y durante 46 años se negó a aceptar un aumento de sueldo. El cajero le rogaba que cobrara sus cheques para poder conciliar sus libros de cuentas. Tenía cheques atrasados hasta de todo un año.


A veces hay que volar más bajo


Carver vivía en forma tan frugal y humilde que no gastaba nada en comida. El mismo se hacía sus propias corbatas… Para ilustrar la idea con que emprendía todos sus trabajos, contaba algo así como una parábola, en la que había tenido un diálogo con Dios. Dijo que le había preguntado al creador .


--Señor dime por favor, ¿Por qué hiciste el universo?


--Hombrecito—le contentó Dios—Quieres volar demasiado alto, no puedes comprender cosas tan levadas.

Pregunta algo más de acuerdo con tu estatura.


--Pues entonces dime ¿Por qué hiciste al hombre? –quiso saber.--Hombrecito, todavía sigues volando muy alto—le contentó Dios— Pregunta algo más de acuerdo con tu condición. Finalmente le preguntó a Dios:

--Dime Señor ¿por qué hicistes el maní.


Luego George W. Carver explica:


--Y para hallar la respuesta nos fuimos juntos a mi laboratorio.


Y analizando el maní (cacahuate) sacó de él trescientos productos entre los cuales se cuentan: mantequilla, queso, salsa, champú, aceites lubricantes, linóleos, barnices, adhesivos, plásticos...





De la humilde papa obtuvo 118 productos.

papa


Sería largo enumerar sus logros. De las tierras rojas de Alabama sacó pigmentos con los cuales preparó barnices, pinturas y lacas. Una compañía fabricante de pinturas le envió un cheque en blanco para que pusiera allí lo que quisiera a cambio de las 536 fórmulas que había descubierto. Pero él devolvió el cheque junto con las 536 valiosísimas fórmulas.


Varias empresas vinieron a establecerse cerca de la escuela donde enseñaba para recibir asesoramiento gratuito.


Edison le ofreció cien mil dólares anuales (de los de principio del siglo XX, cuando una vaca costaba viente dólares, y un automóvil menos de doscientos), para que trabajara con él, pero Carver los rechazó.


Recibia 150 cartas diarias. Reyes y principes lo visitaban pero´él vivió con tal humildad y sencillez que con el mísero sueldo que recibio toda su vida, ahorró 33.000 dólares, y cuando murió se estableció la Fundación Carver para la educación de los afroamericanos y para seguir sirviendo a la humanidad.


El éxito perdurable del servicio


George W. Carver murió el 5 de enero de 1943. Grandes y sabios lloraron su desaparición, tanto como los humildes a quienes sirvió.


"Pudo haber añadido la fortuna a la fama, pero como no le interesaban ni la una la otra, encontró la felicidad y el honor en ser útil a la humanidad""

Esto es alcanzar el verdadero éxito. Esto es servir y ser útil a la sociedad. Esto es triunfar en la vida. Esto es alcanzar la cumbre



 
 
 

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